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En el emblemático barrio de Triana en Sevilla se encuentra El Gordito de Triana, un bar que ha capturado la esencia de la cocina mediterránea durante casi tres décadas. Ubicado en la Calle Manuel Arellano, 37, este establecimiento ha mantenido su propuesta de fritura, carne, guisos y aliños a precios económicos desde su apertura hace 28 años. Su historia es un testimonio de perseverancia y dedicación en la cocina sevillana.
Un bar de tapas generosas y buen ambiente en Sevilla
El Gordito de Triana abrió sus puertas en honor al cantaor Manuel Mas Pacheco, abuelo de los actuales propietarios. Desde sus inicios, el bar ha mantenido la misma filosofía: ofrecer comida casera, bien servida y a precios accesibles.
Conocido por sus grandes tapas y su ambiente acogedor, el bar ofrece una variedad de platos que incluyen boquerones al limón, solomillo y churrasco. Las tapas son tan abundantes que los clientes a menudo se llevan sobras a casa, lo que les permite disfrutar de una buena comida más tarde.
Una reciente visita de un grupo de siete personas mostró la excelente relación calidad-precio del bar. Disfrutaron de una comida completa por apenas 20 euros, incluyendo las bebidas. Esta combinación de calidad y precios económicos hace que el bar sea una parada obligada para quienes buscan pasar un rato agradable sin gastar mucho en Sevilla.
Las lagrimitas, acompañadas de patatas con queso camembert y solomillo al whisky, también han sido destacadas como un verdadero festín. Cada tapa es casi un plato completo, lo que deja a los clientes más que satisfechos con su visita a este bar.
Durante la crisis de 2008, El Gordito de Triana atravesó años difíciles, con largas jornadas de trabajo y sin vacaciones, lo que llevó a considerar el cierre debido a la presión económica y la preocupación por la hipoteca. Sin embargo, la familia decidió perseverar y mantener el negocio abierto.
Después de la pandemia, la situación dio un giro positivo. La demanda aumentó significativamente, y el local está casi siempre lleno, reflejando el esfuerzo y la dedicación que se han invertido a lo largo de los años.
La clientela destaca no sólo la generosidad de las raciones, sino también el trato cálido y cercano del personal. A pesar de la sencillez de los platos, el sabor y la calidad superan las expectativas, lo que ha contribuido a que El Gordito de Triana se convierta en un punto de referencia en Triana.